Retoques.- Cirugía estética

¿Alguien diría que Demi, se ha hecho unos “retoques”? La verdad es que es una de las pocas mujeres, a quienes la cirugía estética les sienta de miedo.
A sus 45 años, Demi, luce un físico estupendo (sobresaliente, diría yo). Y si se puede firmar en alguna parte, para estar como ella a su edad… que me digan donde tengo que firmar….
Otras actrices y personajes públicos, han optado por la cirugía, y se han transformado (véase el caso de la Duquesa de Alba… ejem…). No solo les cambia la expresión de la cara, sino que parte de su personalidad se va con ella. Otro ejemplo, es la guapísima Paula Vazquez, a quién todos recordamos antes de sus “retoques” como una mujer muy guapa ¿realmente era necesario, operarse de la nariz para darle otra forma? ¿o quitarse las costillas flotantes para parecer mas delgada? Personalmente, pienso que a Paula, no le hacía falta nada de lo que se ha hecho… porque ya era una mujer muy guapa, pero dicen que cuando se prueba la cirugía, es como una adicción… cada vez quieres más… y más… hasta que no se encuentra a la persona del origen.
Las modas influyen muchísimo en este aspecto. Cada vez, son mujeres más jóvenes, las que se intervienen quirúrgicamente para tener unos senos más abundantes, o una silueta de acorde a los nuevos cánones de belleza. El problema es, cuando no sabemos distinguir entre un muñeco hinchable y una persona de verdad. A todos nos gusta ver una fachada bonita y de hecho es lo primero que nos llama la atención… pero ¿buscamos eso realmente?. Yo tengo una teoría… que he bautizado como “La teoría del Jarrón”, y que voy a explicaros brevemente.
La teoría del Jarrón: Buscamos algo bonito que adorne (una mujer o un hombre, hablo de personas en general). El primer día, lo colocamos en el mejor sitio de la casa, para que todo el mundo lo vea. El segundo día, ya nos hemos cansado de verlo en aquel sitio, que posiblemente no es el adecuado para algo tan “llamativo” y buscamos un lugar algo más reservado. El tercer día, nos damos cuenta, que en sí, el “jarrón” llama demasiado la atención, y que debemos buscarle un lugar más… discreto. El cuarto día, metemos el jarrón detrás de la puerta, donde no se vea demasiado, pero… dónde sabemos que estará sin moverse. El quinto día, abrimos la puerta, y se nos ha olvidado que está allí… de un manotazo, cae al suelo y se rompe….
Moraleja.- Busca a alguien que sin ser “llamativo”, llene todos y cada uno de los rincones de tu corazón. Los jarrones se rompen (la vejez), pero el objeto más pequeño, puede hacerte muy feliz.