Locura de amor

Las locuras por amor, tienen su momento… si este pasa, posiblemente no volveremos a cometer ninguna más… puesto que nuestra prudencia a la hora de dar todo lo que somos, se verá mermada considerablemente después de alguna mala experiencia.
Cuando te enamoras, piensas que todo es de color de rosa (eso dicen) ves las cosas con optimismo, reaccionas ante las cosas como un quinceañero al que todo y todos le dan lo mismo… vives la vida, como nunca hubieras pensado que lo harías… le restas importancia a los problemas y piensas… “Bah, ya saldré de esta” .
El problema viene, cuando una de las dos partes deja de sentir ese hormigueo en el estómago (o aún lo siente, pero surgen problemas), cuando ha dejado de ver todo de forma optimista y planta los pies en el suelo. Asume de forma racional que hay problemas, y que por mucho que quiera ver las cosas de otra forma, los problemas no desaparecen.
Entonces empieza la desesperación de la otra parte. No sabe como han llegado a ese extremo… no sabe cómo ha perdido el cariño, el respeto o incluso el amor de la otra parte. Y empieza a hacer cosas, que en una situación normal no haría. Se rebaja, se menosprecia e incluso llega a plantear absurdos para retener a la otra parte ¿con qué fin?
Ahí es donde aparece la depresión, se llega a pensar que no merece la pena vivir si no tienes a quien quieres a tu lado… se llega a pensar que no se es lo suficiente para complacer las necesidades del otro. Que por mucho que se esfuerce, nunca se llega a lo exigido por el otro. Se establece un estado de continuo enfado, provocado por las circunstancias, provocado por la otra parte, o provocado sencillamente por uno mismo.
Algunos llegan a superar este estado, disfrazando de amistad lo que realmente es un amor de los que ya no quedan….. pero que por circunstancias H o B, no es posible, y no es suficiente la felicidad que proporciona para enfrentar el día a día, o los problemas, o las inquietudes, o las situaciones personales. ¿pero a quién quieren engañar? A ellos mismos. Dos personas que están destinadas a estar juntas, por mucha tierra que se ponga por medio, siempre estarán unidos por algo… recuerdos, vivencias, anécdotas… siempre hay algo que une… siempre se pueden arrancar sonrisas después de un mal día, recordando algo que él o ella, hizo… contó… o sencillamente dejó caer con algún gesto.
Otros, intentan continuar con su vida de forma separada. Nunca demasiado lejos del otro, pero manteniendo una distancia prudencial que les impida decir… “Te quiero” ó “Te echo de menos”, porque volverían de nuevo al tormento diario de quererse sin poder. A la fantasía de estar a gusto con la otra persona, y olvidar otras cosas importantes, que bajo ningún concepto pueden ni deben ser olvidadas. Su vida no es mejor así, ni de mejor calidad. Pero en sus corazones siempre se albergan la esperanza de un tiempo mejor y de un día en el que puedan decir… “ya estoy aquí”.
El resto, continúan sus vidas sin más… Recuerdan como la otra parte hizo todo lo posible por retenerlos, y eso hace que se esboce en ellos una sonrisa picarona. Algo que les enorgullece, porque nadie se ha esforzado nunca tanto por ellos. Es curioso, pero se ríen o se sonríen de algo que nunca, nadie más… hará por ellos. Si fueran un poco inteligentes, no lo harían… porque han perdido la oportunidad de estar con la persona que da más importancia al otro, que a sí mismo… que es capaz de preocuparse por el otro, sin condiciones… si eso les produce risa…. Nunca merecieron que nadie les quisiera.
Isa, cuando somos jóvenes, damos mucha importancia a las cosas, hasta el punto que pensamos que no vamos a salir nunca de ellas… Hoy por hoy, sabes que no solo se sale, sino que posiblemente (al menos eso espero y deseo) se mejora un 1000 por 1000 (me refiero a tu medio níspero… je). Pero aunque no te hubieras cruzado nunca con él… la vida es demasiado bonita cómo para dejar de vivirla. Conozco a gente, que después de años de experiencias similares a las escritas no se han cruzado con su medio níspero… y que saben disfrutar de su familia, de sus sobrinos, de sus amigos… y continúan adelante… tal vez, no con la misma ilusión que provoca un amor (y hablo de amor, no de querer) pero saben lo que quieren… y continúan su vida con principios fuertes y echándole un par… de kinders… je. Los 4 x 4 son una especie en peligro de extinción… por suerte, aún quedamos unos cuantos… ¡!! Ánimo!!!.