Uno de los pueblos más hermosos, que he visitado en España, es Olite en Navarra. Dominando el pueblo está el castillo que se conserva prácticamente intacto.
Fue el rey de Navarra Carlos III “El Noble” quien decidió convertir el castillo en Palacio y por lo tanto en residencia oficial.
Para dotarlo de todas las comodidades necesarias, vendió todas sus posesiones en Normandía (Francia) y el resultado de las obras, es lo que hoy podemos ver en Olite.
Sin duda, El Palacio de Olite, nos transporta a un mundo de ensueño… incluso podemos imaginar a los caballeros con sus relucientes armaduras velando por la seguridad de sus habitantes… a las doncellas en los balcones… el ir y venir de los sirvientes, prestos para complacer los caprichos de su señor.
El Palacio se puede visitar por dentro, si bien es cierto que no quedan en sus estancias, ni un solo mueble u ornamento de la época. Solo podemos visitar sus corredores e impresionarnos con la majestuosidad de su construcción.
Pegado a él se encuentra el Parador Nacional de Olite, que era el Palacio Viejo. Si os alojáis en él podréis disfrutar de enseres propios de la época e incluso dormir en camas con dintel a la antigua usanza… Las armaduras y otros objetos propios de la época, adornan todo el palacio e incluso se puede encontrar por sus pasillos, algún que otro objeto que nos llame la atención, como por ejemplo, cinturones de castidad.
A mí me encantó…. Espero que a vosotros también…
Fue el rey de Navarra Carlos III “El Noble” quien decidió convertir el castillo en Palacio y por lo tanto en residencia oficial.
Para dotarlo de todas las comodidades necesarias, vendió todas sus posesiones en Normandía (Francia) y el resultado de las obras, es lo que hoy podemos ver en Olite.
Sin duda, El Palacio de Olite, nos transporta a un mundo de ensueño… incluso podemos imaginar a los caballeros con sus relucientes armaduras velando por la seguridad de sus habitantes… a las doncellas en los balcones… el ir y venir de los sirvientes, prestos para complacer los caprichos de su señor.
El Palacio se puede visitar por dentro, si bien es cierto que no quedan en sus estancias, ni un solo mueble u ornamento de la época. Solo podemos visitar sus corredores e impresionarnos con la majestuosidad de su construcción.
Pegado a él se encuentra el Parador Nacional de Olite, que era el Palacio Viejo. Si os alojáis en él podréis disfrutar de enseres propios de la época e incluso dormir en camas con dintel a la antigua usanza… Las armaduras y otros objetos propios de la época, adornan todo el palacio e incluso se puede encontrar por sus pasillos, algún que otro objeto que nos llame la atención, como por ejemplo, cinturones de castidad.
A mí me encantó…. Espero que a vosotros también…
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