Dos individuos vestidos de Guardia Civil, llegan a una sucursal de Caja Madrid, próxima al Hospital de La Paz, Madrid. Una vez dentro de la sucursal se dirigen a una de las mesas, donde un empleado de la sucursal les atiende.
Querían abrir una nueva cuenta, y trasladar el saldo de una cuenta antigua. Esta operación no tiene mayor interés sino fuera porque la antigua cuenta estaba bloqueada por pérdida de DNI del titular.
El empleado, avisa a los supuestos Guardias de esta situación, y uno de ellos, le dice que ya ha recuperado el DNI, y que tiene que desbloquear la cuenta porque necesita el dinero.
El empleado de la sucursal lo intenta una y otra vez, sin éxito. El pobre, blanco del sofoco… (no era para menos, puesto que las caras de las dos personas que tenía en frente, empezaban a impacientarse), decide llamar a la sucursal de origen, para poder desbloquear la cuenta, y poder así realizar la transacción que los clientes le demandaban.
En la sucursal de origen, conocen al titular de la cuenta, pero no tienen constancia que sea Guardia Civil, y antes de desbloquear la cuenta, llaman a este a su domicilio para cerciorarse. Imaginaros la cara del titular, cuando le cuentan que en la otra punta de Madrid, un Guardia Civil que asegura ser él, quiere desbloquear la cuenta, y cobrar el dinero.
Los dos individuos, ante la tardanza, deciden largarse sin dar más explicaciones. Y el empleado de la sucursal, consciente de que aquello era un timo, no era capaz de decidirse en si llamar a la Guardia Civil, o a la Policía.
Más tarde, y gracias a las cámaras de seguridad de la sucursal, se identificó a uno de los dos individuos como David, un conocido delincuente al que busca la policía por timos similares.
¿Dónde vamos a llegar? Ya no se respeta ni a la Guardia Civil.
Querían abrir una nueva cuenta, y trasladar el saldo de una cuenta antigua. Esta operación no tiene mayor interés sino fuera porque la antigua cuenta estaba bloqueada por pérdida de DNI del titular.
El empleado, avisa a los supuestos Guardias de esta situación, y uno de ellos, le dice que ya ha recuperado el DNI, y que tiene que desbloquear la cuenta porque necesita el dinero.
El empleado de la sucursal lo intenta una y otra vez, sin éxito. El pobre, blanco del sofoco… (no era para menos, puesto que las caras de las dos personas que tenía en frente, empezaban a impacientarse), decide llamar a la sucursal de origen, para poder desbloquear la cuenta, y poder así realizar la transacción que los clientes le demandaban.
En la sucursal de origen, conocen al titular de la cuenta, pero no tienen constancia que sea Guardia Civil, y antes de desbloquear la cuenta, llaman a este a su domicilio para cerciorarse. Imaginaros la cara del titular, cuando le cuentan que en la otra punta de Madrid, un Guardia Civil que asegura ser él, quiere desbloquear la cuenta, y cobrar el dinero.
Los dos individuos, ante la tardanza, deciden largarse sin dar más explicaciones. Y el empleado de la sucursal, consciente de que aquello era un timo, no era capaz de decidirse en si llamar a la Guardia Civil, o a la Policía.
Más tarde, y gracias a las cámaras de seguridad de la sucursal, se identificó a uno de los dos individuos como David, un conocido delincuente al que busca la policía por timos similares.
¿Dónde vamos a llegar? Ya no se respeta ni a la Guardia Civil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario