Desde que internet existe, muchas cosas son las que se han comentado (y la mayoría no son nada buenas).
Obviamente, y como todo, hay que tener cuidado con lo que haces, en que páginas te metes, con que gente hablas, y un largo etc… pero ¿eso no lo haces en cualquier parte del mundo igual? Me refiero, a que cuando entras en un bar, y hablas con alguien.. tampoco le conoces de nada, no sabes si puede tratarse de un “gallito de corral” o de una persona encantadora. Solo el trato y el tiempo, te dicen si te has equivocado o no.
Exactamente lo mismo ocurre en internet. Solo largas conversaciones, y la observación, pueden darte respuestas de si una persona es lo que tú piensas o no.
En cuanto a las “citas a ciegas” de las que tanto se habla, y a las que todo el mundo tiene tantísimo miedo, tampoco hay que exagerar. El único problema, que puede presentarse cuando conoces a una persona a través de este medio, es intentar “idealizar”. No podemos ver gestos, ni reacciones físicas, que en una conversación de tú a tú, pueden dar señales claras del estado de ánimo de la otra persona. Escribir dos frases, simulando todo lo contrario, a lo que en ese momento se nos pasa por la mente, es francamente muy sencillo. Pero… mucho ojo… tampoco podemos disimular los 365 días del año… si nos observan de cerca, al final nos cazan…
Tras cerca de 7 años en este medio, he oído y he visto de todo. Desde personas en apariencia “normales” que pueden complicarte la vida, con sus comentarios, sus artimañas y sus tretas, hasta gente más reservada, que al final resulta que son los más “normales”
También hay una trampa mortal, de la que muchos se rien, pero que es un peligro real. Lo llamaré “acercamiento excesivo” a personas con las que conectas bien.
Es frecuente entre los novatos, el conectar con gente, y pensar de la noche a la mañana que son el amor de su vida. Esto no es más que un grave error. El 90 % de las personas que entran en los chat están casadas y tienen su vida “real”, y obviamente, no van a dejar nada de lo que fuera tienen por correrse una juerga con alguien que les cae simpático, o con el que hacen buenas ligas. Y si alguna mente inquieta, llega a hacerlo… que Dios le pille confesao!!! No solo se llevará un gran chasco, sino que posiblemente lo pasará mal.
Después de la juerga (que es la parte bonita de la historia), no mucho tiempo después llegará el pasotismo por la otra parte (la novedad se ha terminado, hay que buscar otro entretenimiento). Más tarde, llegarán las excusas mediocres, y las mentiras fáciles (aquella de.. no puedo entrar que tengo que ir con los niños al médico, tengo cena familiar, o el trabajo me absorbe…). Con todo ello, a la otra parte se le queda cara de idiota, porque… ¿era eso lo que pensaba que iba a ocurrir? Obviamente, no. Porque si lo hubiera pensado desde un primer momento, no se hubiera planteado ni el hecho de un amor ciber. Por último cuando alguna de las dos partes se cansa (bien de poner excusas tontas, o bien de escucharlas), la relación se rompe definitivamente. Y cada por su lado. Eso no impide que este tipo de relaciones se repitan… pero, quizá cueste muchísimo más que en un primer contacto, cuando la ingenuidad, y el no saber que es lo que te vas a encontrar, tienen más tirón que todo lo demás.
En todo el tiempo en el que llevo en este medio, nunca he oído (ni tampoco he podido constatar) que una sola historia ciber, tuviera final feliz. Quizás alguno de vosotros podáis ilustrarme con un final de cuento de hadas. Os reto a que lo hagáis… ¿Alguien es valiente para contarnos su experiencia?
Obviamente, y como todo, hay que tener cuidado con lo que haces, en que páginas te metes, con que gente hablas, y un largo etc… pero ¿eso no lo haces en cualquier parte del mundo igual? Me refiero, a que cuando entras en un bar, y hablas con alguien.. tampoco le conoces de nada, no sabes si puede tratarse de un “gallito de corral” o de una persona encantadora. Solo el trato y el tiempo, te dicen si te has equivocado o no.
Exactamente lo mismo ocurre en internet. Solo largas conversaciones, y la observación, pueden darte respuestas de si una persona es lo que tú piensas o no.
En cuanto a las “citas a ciegas” de las que tanto se habla, y a las que todo el mundo tiene tantísimo miedo, tampoco hay que exagerar. El único problema, que puede presentarse cuando conoces a una persona a través de este medio, es intentar “idealizar”. No podemos ver gestos, ni reacciones físicas, que en una conversación de tú a tú, pueden dar señales claras del estado de ánimo de la otra persona. Escribir dos frases, simulando todo lo contrario, a lo que en ese momento se nos pasa por la mente, es francamente muy sencillo. Pero… mucho ojo… tampoco podemos disimular los 365 días del año… si nos observan de cerca, al final nos cazan…
Tras cerca de 7 años en este medio, he oído y he visto de todo. Desde personas en apariencia “normales” que pueden complicarte la vida, con sus comentarios, sus artimañas y sus tretas, hasta gente más reservada, que al final resulta que son los más “normales”
También hay una trampa mortal, de la que muchos se rien, pero que es un peligro real. Lo llamaré “acercamiento excesivo” a personas con las que conectas bien.
Es frecuente entre los novatos, el conectar con gente, y pensar de la noche a la mañana que son el amor de su vida. Esto no es más que un grave error. El 90 % de las personas que entran en los chat están casadas y tienen su vida “real”, y obviamente, no van a dejar nada de lo que fuera tienen por correrse una juerga con alguien que les cae simpático, o con el que hacen buenas ligas. Y si alguna mente inquieta, llega a hacerlo… que Dios le pille confesao!!! No solo se llevará un gran chasco, sino que posiblemente lo pasará mal.
Después de la juerga (que es la parte bonita de la historia), no mucho tiempo después llegará el pasotismo por la otra parte (la novedad se ha terminado, hay que buscar otro entretenimiento). Más tarde, llegarán las excusas mediocres, y las mentiras fáciles (aquella de.. no puedo entrar que tengo que ir con los niños al médico, tengo cena familiar, o el trabajo me absorbe…). Con todo ello, a la otra parte se le queda cara de idiota, porque… ¿era eso lo que pensaba que iba a ocurrir? Obviamente, no. Porque si lo hubiera pensado desde un primer momento, no se hubiera planteado ni el hecho de un amor ciber. Por último cuando alguna de las dos partes se cansa (bien de poner excusas tontas, o bien de escucharlas), la relación se rompe definitivamente. Y cada por su lado. Eso no impide que este tipo de relaciones se repitan… pero, quizá cueste muchísimo más que en un primer contacto, cuando la ingenuidad, y el no saber que es lo que te vas a encontrar, tienen más tirón que todo lo demás.
En todo el tiempo en el que llevo en este medio, nunca he oído (ni tampoco he podido constatar) que una sola historia ciber, tuviera final feliz. Quizás alguno de vosotros podáis ilustrarme con un final de cuento de hadas. Os reto a que lo hagáis… ¿Alguien es valiente para contarnos su experiencia?
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