Mamá en la empresa privada

Para todas aquellas que sois madres, o aquellas que algún día pretendáis serlo, tened en cuenta que si trabajáis por cuenta ajena, lejos de ser un paseo por las nubes, os harán la vida imposible.
Como mujer, me siento indignada ante lo que está haciendo la empresa pública, para conciliar la vida personal con la laboral. Si bien es cierto que hay leyes que regulan cómo, cuando, dónde y por qué, una mujer puede acogerse a su derecho de la jornada reducida, la empresa privada manipula la ley a su antojo.
Un ejemplo claro, es lo que ha llegado a mis oídos últimamente y que quiero compartir con vosotros.
Hasta hace no mucho, el máximo que una mujer podía trabajar diariamente, eran 5 horas y 20 minutos, que era lo que establecía la ley. Sin embargo, esto a cambiado, pudiendo llegarse hasta un máximo de 7 horas. A esta ley, se le añaden las ya existentes, entre otras, que en una jornada superior a 6 horas, es obligatorio, un descanso de “al menos” 15 minutos.
Bien, pues ahí va lo que hacen las empresas privadas: Efectivamente, no privan a las mujeres de trabajar 7 horas pero.. (y aquí viene la chicha) las obligan a parar durante al menos 1 hora (u hora y media, según los casos) ya que la empresa en cuestión tiene establecido que durante ese tiempo los trabajadores tienen asignada su hora de comida. Y como la ley obliga a parar…. Ah… genial!!
Esto se da de narices contra todo lo que pretende la ley de conciliación laboral y personal ¿qué ventajas puede tener el hecho de parar durante 1 hora, si el objetivo precisamente es poder salir antes para recoger a los niños del colegio, guardería, o un largo etc…?. Las mujeres en esta situación, cobran en relación a lo que trabajan, es decir, que están cobrando a razón de 7 horas, sin embargo, tienen que estar en su centro de trabajo un total de 8, para cobrar lo que les corresponde. ( 6 horas de trabajo + 1 hora de comida + 1 hora de trabajo).
Muchas de ellas han propuesto la posibilidad de trabajar 8 horas en horario ininterrumpido, y de esa forma cobrar el 100 % de su salario. Estamos hablando de empresas de servicios en las que el horario de los trabajadores puede amoldarse perfectamente a las necesidades de la compañía. Sin embargo, estas solicitudes son rechazadas sistemáticamente.
¿De qué nos sirve una legislación que regule este derecho, si las empresas privadas campan a sus anchas? Los sindicatos, alegan, que las mujeres tienen que denunciar para que ellos puedan hacer cumplir la ley ¿pero estamos tontos? Si los sindicatos, saben lo que está ocurriendo ¿por qué no meten mano ya? Su misión es la de proteger al trabajador, ante posibles injusticias, y esto sinceramente, no solo me lo parece, sino que sin duda alguna lo es.
Luego nos quejaremos que las mujeres españolas no tienen hijos…… en fin, ver para creer…..